8. ECLIPSE
Se enamoraron apenas se vieron,
en ese pequeño lapso donde uno llegaba cuando el otro salía,
no les importaba pasar su jornada solos el uno sin el otro,
no importaba, porque cuando se veían era tan enigmático su momento,
uno dándole luz a la oscuridad
y el otro siendo la cálida luz del día.
Ella, siempre tan bella, tan majestuosa, tan perfecta,
aquella que inspira con solo verla.
Él, tan imponente, arrasador, tan fuerte,
y, aun así, se complementaba con la dulzura y sutileza del momento.
Eran años, décadas; no importaba cuánto tiempo pasara,
su encuentro era perfecto, único y especial.